Además de propagar peligrosas ideas anti-vacunas, este capítulo es racista. Literalmente, los malos vuelven a un barrio negro. Su rostro se vuelve negro, sus vestidos son negros... ¡incluso sus refrescos son negros! El capítulo tiene unas escenas de acción muy buenas, pero deja latir cómo era el Japón de los años setenta.
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Niños, siempre a vacunarse. Mejor ser darks que enfermar a todo el barrio.